LOS CODIGOS

José FUENTES-SALINAS
tallerjfs@gmail.com

Cada emisor tiene su propia leña para hacer bolas de humo.
Cada emisor tiene su propia agenda, y su propia habilidad para enviar sus señales de humo.
Uno, dos, tres… Se espera un poco para que haya suficiente humo, y el humo suba lo suficiente para que lo vea la otra tribu.
Pero no tiene mucho control del viento, ni de las circunstancias de la otra tribu… Y no sabe a dónde va a parar el humo o si se confundirá con las nubes.
De pronto, se sienta a un lado de la leña, se pone pensativo y se da cuenta que la otra tribu ya usa teléfonos celulares.
Deja que la leña se consuma y luego se va por ahí, caminando, cantándose una cancioncilla que solamente él y el viento entienden.