CUANDO sea aún más evidente que el veneno de los pesticidas en las plantas son mucho más dañinos que las ocasionales molestias de las arañas en la agricultura, se les hará justicia. Las arañas y otros insectos benéficos son el futuro y el presente de la agricultura orgánica. Mientras, basado en mi experiencia de entomólogo aficionado, me siento obligado a dar testimonio de la Lynx verde que tuve como residente en el nopal del jardín.
Digo que “tuve”, porque hoy que llegué del trabajo me di cuenta que su ciclo había concluido. La araña verde hizo primero un nido, una bolita en el extremo de la penca del nopal. Ese nido lo cuidó por varios días contra otros depredadores. Hizo un tejido fino y breve para que no llegaran avispas u otros insectos a destruírlo. Pacientemente esperó, hasta que emergieron las arañitas. Y cuando estas nacieron, les enseñó a cuidarse, a juntarse cuando el viento sacudía la planta y a estar listas para cuando llegara el día.

2.- Al nacer las arañas, les enseñó a juntarse para protegerse de los ramalazos del viento. Foto: José Fuentes-Salinas.
Hoy llegó el día. La araña madre quedó inmóvil cerca del nido que tanto protegió. Las arañitas pronto se irán a defenderse por ellas mismas y a dar cuenta de los insectos dañinos para proteger el jardín, algo que les enseñó su madre, que por cierto tiene un gran cerebro.