ATREVIMIENTO

MARIA ASUNSOLO murió a los 83 años preguntando por los guerrilleros:

-¿Cómo está Marcos?… por favor dile que cuando pase por Cuernavaca aquí está su casa. Recibiremos a los zapatistas con arroz, pollo y mole.

Fué amiga, protectora, musa, modelo, de los más grandes artistas mexicanos del Siglo XX: Siqueiros, Soriano, Rivera, Izquierdo, Anguiano…

El escritor Emilio Abreu Gómez le decía que era un ángel que sube al cielo o baja a la tierra.

Los pintores le hacían retratos, José María Velasco le dedicó un poema sinfónico. Gisele Freund le hizo una fotografía…

En una ocasión, estaba reunida con sus amigos en el estudio del pintor Roberto Berdecio, en el Pedregal de San Angel. Berdecio le había hecho un gran dibujo a lapiz. María aparecía desnuda sobre un sillón.

Emilio “El Indio” Fernandez le dijo al pintor que estaba bien su dibujo, pero que le había hecho un favor.

Al escuchar esto, María se fue al cuarto contiguo y no para llorar o por sentirse ofendida.

Regresó a la reunión, desnuda.

Permaneció así un buen rato en el mismo sillón donde había modelado.

“¡Así se callan a los pendejos!”, le dijo el escritor Juan de la Cabada al Indio Fernandez.

José Fuentes-Salinas, tallerjfs@gmail.com, (datos: La Jornada, 28, feb., 1999)