Los jugadores de billar

photo-5LA BLANCA empuja a la amarilla cerca del agujero. Se queda al filo. Es el turno del contrincante que tira fuerte a las bolas rayadas que rebotan en el filo y a punto están de meterse con la negra. En el siguiente golpe la amarilla cae y la blanca se coloca en posición de atacar a la siguiente. Entra la verde y la azul. Al llegar a la roja, nuevamente el tiro se ve difícil. La blanca es golpeada lentamente y parece solo acariciar a la roja, que se va acercando lentamente al agujero de la esquina de la mesa.

En el billar, como en la vida, cada lance es una aproximación, cada ataque un aprendizaje… Pero hay que poner atención al tiempo.

En el billar, como en la vida hay que medir la intensidad de cada golpe y si no se consigue la meta en un tiro, por lo menos hay que acercarse a ella.

Con una mezcla de fuerza y paciencia, el jugador mete todas las bolas “pelonas”.

Los dos trabajadores se han tomado un descanso a la hora del almuerzo. Solo ellos, y lo trabajadores jubilados aparecen a esa hora.

-Ahí les encargo el changarro -dice Chad, el dueño del billar- regreso rápido.

Despues de tres juegos, los jugadores salen.

En una mesa, queda un veterano en silla de ruedas jugando solitario.