SALGA ya usted de su reposo, hermano. Tome su diálogo y su partitura, entone bien este personaje, déle nueva vida. No tema por descubrirse el pecho, no cuente los miembros de la audiencia. Use bien su dicción y cuéntenos el tema en este teatro al aire libre, o en aquel oscuro. Va, yo sé que usted está en su elemento cuando puede vivir más vidas en la suya. Y ustedes hermanas que tejen y tejen manteles y servilletas, dejen por un momento sus afanes y conversemos comiendo esta sopa. Tú que sales a los mercados para ver qué maravilla encuentras, tu que juntas tus porcelanas y tus caballos, y que te la pasas de trueque trueque, ven, siéntate aquí, en tu sillones equipales mientras pasa la tarde. Y tu hermanita telenovelera, dime en qué drama vas, (aunque te desespera). Dime si acaso el malo es menos malo, y si el amor triunfa, después de todo. Vamos, también, contigo a los mercados de viejo a ver si te encuentras una muñeca olvidada o la máscara de algún payaso.
Tú, y tú, y tu… Hermanos, que este 2 de noviembre salen de su modorra, alivienos del tedio de preguntarnos demasiado por qué es cada cosa. Tú, hermano, toca tu armónica aunque no te sepas todo el cancionero, tú, que, tan propio, sabías de ingeniería y teatro, sal a la vida.
Y ustedes dos, par de aretes de oro, campanillas del cotorreo, salgan a la conversación de siempre, y empecemos de nuevo.
Salga ya usted de su reposo hermano, tome su diálogo y su partitura…
José FUENTES-SALINAS, tallerjfs@gmail.com