Armando Bautista le platicó a la periodista Karina Avilés:
“A Guillermo le pegaron y como estaba enfermo del corazón, se murió; al chainas lo aventaron por la vía del tren; el Garrochitas y Tony murieron en su casa porque los agarró dormidos el terremoto; a Carlos le pegaron de tabicazos; otro niño murió en el basurero; el Chagüi se murió de Sida, que descanse en paz”.
Por eso, los niños de la calle, que lo mismo viven debajo de un puente que en los cascajos de un bar de la Ciudad de México, hicieron su propio altar de muertos con mandarinas, peras, una papaya, calabazas, dos botellas vacías de alcohol… y un camino de aserrín para que bajen y caminen los angelitos de la banda sobre un terreno menos sucio.
-JFS.Nov.1.1997.La Jornada.