Contrafobias

Armando Bautista le platicó a la periodista Karina Avilés:

“A Guillermo le pegaron y como estaba enfermo del corazón, se murió; al chainas lo aventaron por la vía del tren; el Garrochitas y Tony murieron en su casa porque los agarró dormidos el terremoto; a Carlos le pegaron de tabicazos; otro niño murió en el basurero; el Chagüi se murió de Sida, que descanse en paz”.

Por eso, los niños de la calle, que lo mismo viven debajo de un puente que en los cascajos de un bar de la Ciudad de México, hicieron su propio altar de muertos con mandarinas, peras, una papaya, calabazas, dos botellas vacías de alcohol… y un camino de aserrín para que bajen y caminen los angelitos de la banda sobre un terreno menos sucio.

 

-JFS.Nov.1.1997.La Jornada.

“Inocencia y Contrafobias”

Era la víspera del Día de los Muertos en Cali. Antes de las 8 de la mañana, hubo un nuevo asesinato: Mario Salas Jimenez, responsable del conteo de votos, cayó frente a un jardín infantil de la calle 5E, víctima  de la “intolerancia” que vive el país.

Un día anterior, en el Parque Nacional y la Plaza Bolivar, el recién creado Ministerio de Cultura Colombiano les había hecho cantar a 20 mil niños: “No le tengo miedo al miedo, el miedo me tiene miedo a mí”.

“Al anochecer se quemaron los miedos que los niños depositaron en una urna”.

En la fiesta del Halloween colombiano se mandó un ejército de 300 psicólogos, sociólogos, antropólogos y recreacionistas para que hicieran posible esa proeza.

Dicen que al ministro de cultura lo vacunaron con un dulce debajo de la lengua.

 

-JFS.Nov.1.1997.D.El Tiempo