Era la víspera del Día de los Muertos en Cali. Antes de las 8 de la mañana, hubo un nuevo asesinato: Mario Salas Jimenez, responsable del conteo de votos, cayó frente a un jardín infantil de la calle 5E, víctima de la “intolerancia” que vive el país.
Un día anterior, en el Parque Nacional y la Plaza Bolivar, el recién creado Ministerio de Cultura Colombiano les había hecho cantar a 20 mil niños: “No le tengo miedo al miedo, el miedo me tiene miedo a mí”.
“Al anochecer se quemaron los miedos que los niños depositaron en una urna”.
En la fiesta del Halloween colombiano se mandó un ejército de 300 psicólogos, sociólogos, antropólogos y recreacionistas para que hicieran posible esa proeza.
Dicen que al ministro de cultura lo vacunaron con un dulce debajo de la lengua.
-JFS.Nov.1.1997.D.El Tiempo