El trovador

Paco Padilla es un trovador de Guadalajara que llegó a Tijuana, se siguió a San Diego, y de ahí llegó a “echarse un palomazo” al Café Los Angeles Bohemios de la Avenida Sunset.

Con sus huaraches y su guitarra, trae historias de Tlaquepaque, un rumbo conocido por sus alfareros. El mismo Paco es un alfarero y cantante, de profesión ingeniero. Y entre hacer figuras de barro y rascarle las tripas a la guitarra, ha ido contando historias, y ha dado vida a personajes… con un solo soplo.

Le canta a “Las Jugosas”, mujeres pechugonas que ofrecían sus jugos de naranja. También canta al loco de la ciudad y a las “Chavelas”, las copas gruesas y espumosas de cerveza.

En el entusiasmo nocturno de Los Angeles Bohemios, esa pequeña sala de inmigrantes mexicanos se alegra cuando el trovador canta:

“Todos somos inmigrantes… en este mundo de arrieros/ solo Dios sabe el destino/ de este corazón viajero”…

En ese momento de inspiración y romanticismo, suena un teléfono celular que rompe con la concentración que había logrado el trovador de Guadalajara que esa misma noche regresaría a Tijuana.

 

-Febrero, 2002

LOS CHOCOLATEROS

Era la banda de viento y las orquestas
de los Martínez y los Rodriguez.
Eran las ferias regionales y los onomásticos
En Quréndaro, Huaniqueo, Cuto o Nocupétaro.
Era el asunto de cuidar el santoral
Y provocar la fiesta con unas “Mañanitas”,
Pasando del chocolate al banquete.
“Los chocolateros”, músicos que empezaban
con el desayunto y terminaban con la cena.
Días aquellos, Don Fausto, con su Orquesta Bohemia
De trombones, cuerdas y trompetas.
Músicos de infantería, que caminaban
Con instrumentos y cobijas.
Tiempos sin rutas vehiculares.
Músicos de pueblo en pueblo,
De hacienda en hacienda,
Ejecutantes líricos: Román Mendoza,
Nazario Rodriguez, Ladislao Flores,
El abuelo Nicanor, Victoriano Salinas,
Adalberto López, Sóstenes Flores,
Eduardo Villaseñor, Tano León,
José Valladares, Luis Rodriguez,
“El Seco de Lola”, Martín Romero “el tamborero”,
los Hermanos Ortiz y Efrén Espinoza…
Maderas y metales jóvenes y viejos,
Hoy todo se ha ido, sin videos ni grabaciones…
De esos “músicos chocolateros”, solo quedó
Su otro oficio: curtidores y sastres,
Carpinteros y albañiles,
Comerciantes y peluqueros…
¡Ah!. Los músicos de los lejanos pueblos
de la Plaza Grande y las Serenatas Domingueras.