TIENE 7 años y la cabeza calva.
Las radiaciones y la quimoterapia le han dejado el escaso cabello como si lo hubieran quemado.
Cuando esto le iba a pasar a Sashita Caraveo, Doña Ana dejaba pelona también a su otra hija pequeña y le repetía que no se fuera a reír de su hermanita enferma, que la qusiera así.
La hermanita se tomó muy en serio el consejo. Por eso, cuando Sashita llegó a su casa de Higland Park, Claudita no dejaba de darle besos en la cabeza de Sasha, hasta que enfadaba a la enferma.
“¡Ayyy!… Ya no me quieras tanto” -le decía Sasha.
-José Fuentes-Salinas, dec.,22, 1996