El reciclaje: los mercados de artículos usados

De cómo la venta de artículos usados en Carson, California, reflejan los estilos de vida y valores de una sociedad

José FUENTES-SALINAS/ tallerjfs@gmail.com

Mientras arde el asfalto del estacionamiento convertido en mercado de objetos usados, el bigotes me habla del reciclaje de los recuerdos del abuelo.”´¿De donde vienen todas estas cosas?… Vienen de mi trabajo que
tengo los fines de semana. Trabajo con un contratista que se encarga
de limpiar las casas que van a vender. Muchas casas son de gente que murió, viejos algunos, dejan mucha cochinada pero también muchos fueron buenos para hacer colecciones. De esos que no dejaban que les tocaran sus cosas ni a sus parientes que los visitaban”.
En el Swap Meet de la Villa Alpina, los miércoles son buenos para la
conversación. La ausencia de clientes le da paciencia al bigotes para conversar con el cliente que sólo le ha comprado un viejo buzón
oxidado.
“Mire. La otra vez fuimos a una casa donde había una colección de
payasos. Había todo tipo de payasos. Payasos de trapo y de vidrio, de porcelana y de madera, había viejos payasos ya con los pelos
cayéndose. Payasos tristes y payasos de tazas de café de un circo. Yo le dije al contratista que cuánto quería por todos. Le di $200 y me
traje toda la colección. Una parte la traje un día y la extendí en
estas mesas. Los puse a $20 cada uno, y luego la señora de enfrente
vino y me preguntó que cuánto quería por toda la colección. Le dije
que me esperara a ver cuanto en cuánto se vendía, que se los podía dar más baratos los que quedaran, los que no se habían vendido. Pero ella me ofreció $400 y se los di todos. Luego, al día siguiente me traje la otra parte de los payasos y pasó lo mismo. Llego un coreano y me los compró todos. Hay quienes compran aquí y luego lo revenden en el otro Swap Meet del Harbor College, de Wilmington”.

El bigotes a veces se encuentra con cartas de amor y objetos más personales de las casas que descombran y limpian.
Las colecciones de toda una vida suelen terminar así, en un mercado de pulgas, en un tianguis.
Hace un momento encontré a Dante entre viejas herramientas oxidadas. El grabado en bronce lo compré por dos dólares. El escritor de la divina comedia probablemente fue parte de un viaje de alguien que fue de turista a Italia. El bigotes, oriundo de Guadalajara, piensa que así se conocen a las personas por lo que atesoran, y por la forma en que otro se deshacen de lo que fueron los tesoros del abuelo.

“En otra casa que fuimos a limpiar nos encontramos con una colección muy grande de elefantes. Había elefantes de vidrio y de algo que parecía marfil. Pero esa vez, el ayudante del contratista lo aconsejó a que no me de los vendiera y se quedó con todos ellos. No sé a qué habrá hecho con tanto elefante”.

-Agosto, tianguis2016