HAY PALABRAS que se escriben y se dejan andar.
En la flamante Biblioteca Pública de Hawaiian Gardens, California, entre libros nuevos comprados por catálogo, hay uno que se muere de pena, de viejo, de rústico.
Es un libro que tendría más éxito como antigüedad, como curiosidad.
Es un libro que entre 1973 y 1985 fue sacado a la luz solo por 11 lectores que están marcados con tinta en la solapa. Después no sabemos, yo, en el 2018, soy uno de ellos.
Es un librito oscuro descolorido que ya no tiene nada de blanco.
A su título “Belleza” se le tapó la “B” en esa pasta dura de keratol.
La obra que el poeta Juan Ramón Jimenez dedicó a la “inmensa minoría” tiene un cachito de emoción que lo define todo.
“¡Qué bello este vivir siempre de pié —¡Belleza!— para el descanso eterno de un momento!”

“Belleza” de Juan Ramón Jimenez, un libro viejo, acaso leído por una docena de lectores en su estancia en la Biblioteca de Hawaiian Gardens. Foto: José Fuentes-Salinas.
—José Fuentes-Salinas, Hawaiian Gardens, Ca. 04282018. tallerjfs@gmail.com