Los Pintores (I)

René Juarez Tujuy tenía 14 años cuando ya trabajaba ayudando al “Milusos” de su padre.

Arreglaban una clínica de Quetzaltenango, cuando al vaciar una cubeta de agua sobre un “volcán de arena” se produjo un relámpago que le quemó y arrebató los brazos.

-Había un cable de alta tensión escondido -dice en un salón del lujoso Hotel Bonaventure del centro de Los Angeles.

Participando en el Festival “Arte y Alma” (USA) platica que en aquel momento su madre le dió un segundo parto: “a partir de ahora tendrás otra vida, aprende todo lo que puedas mientras tengas a tus padres”.

René no fue a la universidad, pero aprendió a cargar sin brazos dos costales de azúcar en su espalda, de 108 libras cada uno.

En Quetzaltenango, la tierra del quetzal, René se levanta a las 5 de la mañana y vende La Prensa en el Mercado La Democracia. A las tres de la tarde, en lugar de usar sus dientes para masticar alimentos, les coloca pinceles con los que ha hecho mil cuadros. Sus cuadros tienen minuciosos detalles que le han tomado meses. Al final, unos van a dar a los muros de las casas de los turistas y extranjeros residentes en Antigüa Guatemala.

Su esposa, que se casó con él compartiendo un lugar en el Mercado La Democracia, se dedica al mismo oficio de descubrir horisontes y riveras que ahora mismo perfecciona en un cuadro del lago Atitlán.

-30 de mayo de 1999.